miércoles, 3 de diciembre de 2014

Lista exprés de lugares (no tan turísticos) que visitar en Quintana Roo

Cuando viajamos por Quintana Roo es muy fácil visitar los mismos destinos turísticos de siempre: la zona hotelera de Cancún, la Quinta Avenida de Playa del Carmen, la islas de Cozumel e Isla Mujeres, así como los parques ecoturísticos de Xcaret, Xel Há y Xplor, pero éste es un estado en el que abunda el agua: hay cientos de playas y cenotes escondidos (y mucho más baratos) a los que podemos ir. De esta forma, visitaremos lugares vírgenes (o casi) y con pocos turistas, además de que contribuimos a la economía de los negocios locales y no a las colosales empresas turísticas.

Aquí dejo una lista con siete lugares que visité:

1. Xcacel.

Esta playa es considerada el paraíso del surf y una de las más hermosas playas vírgenes de la Riviera Maya por su larga extensión sin desarrollos turísticos, por lo transparente de sus aguas (a las que todavía no llega la contaminación de los hoteles) y por la intensidad de sus colores: los azules del mar y del cielo, junto con el blanco de la arena y lo verde de la selva que la circunda.

Ésta fue nombrada, además, el santuario de las tortugas marinas, así que puedes realizar varias actividades de ecoturismo que organiza la asociación civil Flora, Fauna y Cultura de México: puedes observar cómo las crías de tortuga se internan en el mar después de eclosionar de los huevos o admirar el espectáculo de una tortuga adulta poniendo huevos durante la noche.

Si quieres vivir una experiencia intensa y estar más en contacto con las tortugas, puedes participar durante uno o dos meses como voluntario para ayudar en la conservación de esta especie en peligro de extinción y vivir en el campamento que Flora y Fauna mantiene en esta playa de mayo a octubre de cada año.

Si te interesa saber más sobre Xcacel, lee el artículo completo aquí.

Para saber más sobre la experiencia de voluntariado en el programa de conservación de tortugas marinas, haz click aquí.


La playa de Xcacel



2. Cenote Manatí (o Casa Cenote).

Éste es uno de los varios cenotes que encontrarás a lo largo de la carretera federal entre Playa del Carmen y Tulum. Sin embargo, éste es mucho más barato que otros cenotes más famosos, como Dos Ojos, en los que te cobran $250.00 pesos la entrada, mientras en el cenote Manatí te cobran sólo $40.00.

La magia de este cenote se encuentra en que es un circuito de hermosas aguas verdes y cristalinas circundadas por metros y metros de manglares. Ya sea nadando o esnorqueleando, podrás recorrer este cenote en más o menos media hora ó 45 minutos, aunque también cuentas con la opción de bucear en él y así poder internarte en algunas de sus pequeñas cuevas submarinas, decoradas con las asombrosas raíces de los mangles.

Este cenote fue nombrado así ya que se encuentra conectado con el mar abierto a través de una impresionante cueva submarina. Se dice que hace unos años todavía se podía ver en el cenote a algunos manatíes que lograban cruzar del mar abierto a las aguas dulces del cenote, pero desgraciadamente desde hace más de 50 años no se ha tenido el avistamiento de ningún manatí.


3. Cobá.

Una zona arqueológica mucho menos visitada que Tulum o Chichén Itzá, éste es un paraíso escondido en medio de la selva.

Para llegar a ella debes tomar la carretera de Tulum hacia Mérida, y en aproximadamente 45 minutos encontrarás un señalamiento que te llevará hasta las ruinas. Éstas se encuentran casi perfectamente conservadas: podrás admirar la Iglesia, el Observatorio, los juegos de pelota y, por supuesto, su pirámide más famosa por ser una de las más altas de la región con 45 metros de altura, Nohoch Mul. Además, ésta es una de las pirámides a las que el INAH todavía deja a los turistas subir para que puedan admirar el impresionante paisaje que se puede observar desde sus alturas: 360 grados de verdor infinito, un bosque eterno donde sea que poses la mirada.

La extensión de las ruinas es muy grande, así que te recomiendo que rentes una bicicleta en la entrada de la zona arqueológica para que puedas disfrutar y divertirte al ir de una pirámide a otra. Pasearás por un sendero lleno de árboles y podrás admirar la vegetación que poco a poco devora algunas de las ruinas. También puedes hacerlo caminando, pero la verdad es que puede llegar a ser mucho más cansado y pesado que en bici (a veces tienes que recorrer un par de kilómetros entre una pirámide y otra dentro de la zona arqueológica, y en bicicleta esas distancias ni se sienten).


El Observatorio en Cobá



4. Cenotes Choo Há, Multum Há y Tankach Há.

Algo curioso es que muchas de las personas que visitan Cobá desconocen los tres cenotes que se encuentran cerca de la zona arqueológica. Incluso uno de los trabajadores de la zona, cuando le preguntamos, nos dijo que sólo encontrar los cenotes ya consistía en toda una aventura. Y tenía toda la razón.

Cuando decidimos buscar los cenotes, Walter, un amigo que conocí en el campamento tortuguero de Xcacel, y yo rentamos un par de bicicletas y nos aventuramos pedaleando a lo largo del lago Cobá, que se encuentra a las afueras de las ruinas. Cuando llegamos al inicio de una carretera, nos dimos cuenta de que los cenotes estaban mucho más lejos de lo que esperábamos, pues un letrero indicaba que debíamos recorrer siete kilómetros para llegar.

Pedaleamos durante 20 minutos, cuando de pronto nos sorprendió la lluvia. Tuvimos que buscar refugio bajo los árboles hasta esperar a que pasara. Sin embargo, el cielo estaba completamente nublado y no parecía que fuera a escampar, por lo que continuamos con nuestro recorrido. Cuando llegamos al primer cenote, estábamos completamente mojados. Pero eso no nos detuvo, decidimos continuar y llegar hasta el cenote más alejado para luego visitar los otros dos de regreso. Fue una excelente decisión, pues gracias al clima terrible, a lo alejado del cenote y al camino de terracería, lleno de hoyos e irregularidades, éramos prácticamente los únicos que entramos ese día a Multum Há, un cenote cerrado que se encuentra a 16 metros debajo de la superficie.

De aproximadamente seis a siete metros de profundidad, nunca he visto un cenote más grande y de aguas más cristalinas y azules que éste. Sin embargo, también era sobrecogedor encontrarse en un lugar encerrado a tantos metros de profundidad de la tierra, con una bóveda cubierta de estalactitas y sombras profundas debajo del agua. Después de verlo, entendí el respeto y la reverencia que le tenían los mayas a los cenotes, que eran considerados la entrada al inframundo.

Otros cenotes menos impresionantes, pero también muy bellos son Choo Há y Tankach Há, en los que se pueden admirar sus estructuras de estalactitas y estalagmitas.


Las aguas perfectamente cristalinas de Multum Há



5. Reserva ecológica Siaan Ka'an.

Aunque desafortunadamente la única forma de disfrutar todos los hermosos paisajes de esta reserva, así como de avistar la cantidad de animales que ahí habitan es a través de un tour (me da rabia la idea de que un lugar protegido se convierta en un negocio), puedes aventurarte (como lo hicimos nosotros) a recorrer la reserva en bicicleta y así poder admirar algunos de los asombrosos paisajes y playas de este lugar.


Yo parchando la cámara de la llanta de mi bici, cuando se me ponchó en Sian Ka'an



6. Laguna Kaan Luum.

Pasando el pueblo de Tulum, siguiendo por la carretera que conduce a Felipe Carrillo Puerto, se encuentra escondida la laguna de Kaan Luum, que forma parte de la reserva de Siaan Ka'an.


El muelle de madera de la laguna Kaan Luum


Ésta es una laguna que en ciertas épocas del año luce hermosas aguas turquesa y en otras un bellísimo color jade. Después de atravesar un camino rodeado de selva (¡y tábanos! ¡No olvides tu repelente biodegradable! Para más tips para viajar por el sur de México, da click aquí), llegarás a un muelle de madera que te llevará casi hasta el corazón de la laguna, donde te sorprenderá ver cómo cambia el color de las aguas: en medio de la laguna, un monstruoso cenote de 25 metros de diámetro y 85 metros de profundidad oscurece el tono del agua con el verde de sus profundidades. Simplemente el nadar sobre este cenote es inquietante, pues es como si el abismo que se encuentra debajo de ti fuera casi palpable.


El cambio de color en las aguas, que indican dónde se encuentra el monstruoso cenote...



7. Holbox.

Ésta es una hermosa isla al norte de Quintana Roo, bordeada de manglares y rodeada por un mar jaspeado. En esta hogareña isla por sus pequeñas construcciones y sus caminos de arena podrás nadar con tiburones ballena y avistar flamingos en libertad (en temporada), caminar sobre bancos de arena en medio del mar, así como nadar de noche en el mar y ver bioluminiscencia.

Puedes leer el artículo completo que escribí sobre Holbox, da click aquí.



1 comentario:

  1. Ana, me hiciste recordar mis viajes por Quintana Roo. Bravo por esta breve pero efectiva reseña. Ah, y los tábanos, cómo olvidarlos, los odié la primera vez que visité aquellas tierras. Pero tú sabes, todo es experiencia que, a través del tiempo, se convierte en miel para la memoria. Recibe saludos afectuosos.

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