En mi última visita a San Miguel de Allende, me sentí como
una niña chiquita: paseé por todas las calles, perdiéndome en tiendas de
artesanías y de antigüedades; entré en una botica para preguntar por el remedio
contra los espantos; comí todos los dulces y busqué nuevos sabores, y me encontré con mermeladas
de flor de nochebuena y gomitas de pétalos de rosa (puedes leer sobre los dulces de San Miguel aquí); y al final entré a La
Esquina, el museo del juguete popular mexicano.
La Esquina se ha dedicado a recolectar, en sus tres pisos,
amontonados unos sobre otros en una sinfonía de colores y una oda al barroco
mexicano, juguetes artesanales de todos los rincones de México: encontramos
muñecas de diferentes tamaños y materiales, de trapo, de barro, vestidas con trajes típicos de
Michoacán, con los ojos pintados a mano o con los rostros de cerámica
resquebrajados; baleros, yoyos, matatenas; instrumentos musicales en miniatura;
juguetes de cartón, madera, hojalata. En fin, es una galería donde se puede apreciar
el colorido y la diversidad cultural del país a través de sus juguetes,pues
un solo juguete puede tener distintos matices y variaciones: no es lo mismo un trompo de madera que uno de hojalata, o incluso uno de plástico.
Muñecas y pequeños trastos que atiborran una cocina
Títeres, marionetas y muñecos que salen de una caja
También había toda una sección de muñecas de Frida
Muñecas de todo tipo
De trapo y con elefantes
Danzantes y guerreros prehispánicos de cartón
Toda una legión de guerreros aztecas que regresan de la muerte
Ferias que reflejan la alegría de México
Ruedas de la fortuna
Carnavales y circos
Música y fiesta
El espectáculo de la lucha libre
Y no podía faltar el Santo volando por los aires
Sonajas para la música de Oaxaca
No podían faltar las muñecas aterradoras
Me fascinó la expresión de esta muñeca
Y juguetes hermosísimos que mezclan las técnicas tradicionales con el arte contemporáneo
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